Cada vez son menos, pero los que quedan son
imbatibles en habitabilidad
Lo que en su día todo eran alabanzas y ventas por doquier,
hoy casi están al borde de la extinción. Nos referimos, lógicamente, a los
monovolúmenes. Surgidos en masa a finales de la década de los 90 y principios
del nuevo siglo, su proliferación se dio en parte por el excelente espacio
interior que atesoraban, una modularidad inigualable y maleteros de gran
volumen en los que cabía de todo.
Sin embargo, la llegada de los SUV no hizo sino que su fama
comenzase a diluirse cual azucarillo en un café. Poco a poco los todocaminos se
fueron haciendo con el control del mercado e incluso fueron surgiendo
alternativas que eliminaban por completo a los monovolúmenes: los SUV de 7
plazas. Algunos calcaban su filosofía y otros, mientras, se limitaban a
proponer dos asientos traseros de emergencia, en los que llevar a dos niños o a
personas menudas, vendiendo más incluso que los verdaderos campeones del
espacio.
Por si esto no fuera suficiente, de aquí a una
parte han aparecido las furgonetas reconvertidas en monovolúmenes que, gracias
a sus formas cúbicas, han permitido ofrecer un espacio interior mucho más
amplio y mejor conseguido que el de los protagonistas de estas líneas. Una
reconversión que no hará sino intentar mantener la llama de un segmento que
sigue siendo la opción preferida por aquellos usuarios que buscan espacio sin
compromisos. Por eso, estos son los tres mejores monovolúmenes de siete plazas
que existen en la actualidad.
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Conocido otrora como Grand C4 Picasso, el monovolumen francés
de 4,60 metros sigue siendo una de las referencias de su categoría en lo que a
espacio interior se refiere. La prueba de ello, los 645 litros de capacidad de
su maletero con cinco plazas y los casi 1.850 litros cuando se abaten los
respaldos de la segunda fila. Cifras a las que se unen los 130 litros con las
siete plazas desplegadas y la posibilidad de desplazar longitudinalmente los
asientos traseros para obtener otros 60 litros más en su configuración de cinco.
Una segunda fila compuesta por tres asientos ‘reales’ en los
que poder colocar tres sillas infantiles sin ningún problema. La luminosidad es
otros de sus puntos fuertes gracias al gran techo solar, al parabrisas
panorámico y a las grandes ventanillas. Si bien en materia de conectividad se
ha quedado un paso por detrás pues su actualización se dio a finales de 2018,
cuenta con varias soluciones de confort.
En lo que a
motores se refiere, la gama se ha reducido a dos alternativas, una de gasolina
PureTech y otra diésel BlueHDi, ambas con 130 CV y con la posibilidad de estar
combinadas tanto con una caja de cambios manual de seis relaciones como con una
automática EAT8 de ocho relaciones que mejora el confort. En lo que respecta a
la seguridad, cuenta entre otros con reconocimiento de señales de tráfico, control
de velocidad de crucero adaptativo con función Stop&Go, alerta por cambio
involuntario de carril, servofreno de
emergencia con detección de obstáculos o el detector de fatiga del
conductor.
Ford acaba de presentar una actualización de la gama de su
gran monovolumen (por encima mantiene el Galaxy) en la que no ha variado
aspectos ni de equipamiento pero en el que sí ha sumado la hibridación. Antes
de entrar hay que mencionar, lógicamente, su habitabilidad. En sus 4,80 metros
de largo hay espacio de sobra para albergar a siete personas adultas ya que
cuenta con el mismo número de butacas ‘reales’. El maletero en su configuración
de cinco plazas alcanza los 630 litros pudiendo ampliarse hasta los 2.020
litros con los respaldos de la segunda fila abatidos. Por su parte, con la
tercera fila desplegada el volumen es de 130 litros.
Ofrece igualmente desplazamiento longitudinal en la segunda
fila así como tres butacas independientes en las que poder colocar tres sillas
con anclajes ISOFIX. El sistema multimedia SYNC3 sí ofrece sincronización móvil
mediante Apple CarPlay y Android Auto y en función del nivel de equipamiento
escogido (a elegir entre el Tren, Titanium, ST-Line y Vignale) se pueden sumar
opciones de confort como la calefacción en los asientos o en el volante. La
dotación de seguridad es igualmente amplia.
En lo que a mecánica se refiere, Ford ha suprimido
todas las opciones de combustión al uso para dejar como único integrante al 2.5
FHEV de 190 CV que combina dicho bloque Atkinson de gasolina y 165 CV con otro
eléctrico de 120 CV para generar esa potencia conjunta. La batería de iones de
litio tiene una capacidad de 1,1 kWh lo que le permite almacenar energía
suficiente para que el coche se mueva de manera independiente durante un par de
kilómetros. No obstante, la principal función de este sistema no es otra que
asistir al bloque de combustión para contener lo máximo posible el consumo. A
ello se suma una dinámica de conducción muy reactiva, con la que es
probablemente la mejor puesta a punto del chasis de la categoría. Por cierto,
tiene pasaporte español pues se fabrica en la planta valenciana de Alumsafes.
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Este es el claro ejemplo de cómo la influencia SUV acaba
llegando a todos los rincones. Si bien la segunda generación del Peugeot 5008,
que sufrió un ligero lavado de cara hace menos de un año, mantiene su ADN de
monovolumen, este se presenta con un traje al más puro estilo SUV. Tanto es así
que en realidad podría ser catalogado como un 3008 de batalla extendida porque
ambos son un calco.
El 5008 es probablemente el monovolumen más atractivo de
todo el segmento, más desde la comentada renovación sufrida. Mide 4,64 metros
de largo y ofrece uno de los maleteros más capaces al cubicar 780 litros con la
configuración de cinco plazas. Al igual que los otros dos modelos analizados,
la segunda fila cuenta con tres asientos independientes y desplazables
longitudinalmente, lo que permite aumentar ligeramente la capacidad de carga.
No obstante, el punto diferenciador reside en que la tercera fila puede ser
retirada por completo cuando no se vaya a hacer uso de ella, consiguiendo así
ganar unos pocos litros más de maletero.
Una tercera fila pensada, en este caso, para ser empleada de
manera ocasional, más cercana a la del Grand C4 Picasso que a la del propio
S-Max. Sí cuenta con elementos de confort pero no resulta tan agradable como la
del modelo americano. Zona que contrarresta con el comentado maletero pues los
780 litros con esas cinco plazas pueden convertirse en 1.940 litros cuando
abatimos los respaldos posteriores.
En el apartado mecánico resulta sorprendente que
Peugeot no haya decidido hibridar a este modelo como sí ha hecho con el 3008.
La consiguiente pérdida de espacio quizá ha sido el punto determinante para que
no se tome la decisión. Por tanto bajo el capó el 5008 se puede escoger tanto
con motores diésel y gasolina de 130 y 180 CV a combinar con caja manual de
seis relaciones o automática EAT8 de ocho relaciones en los primeros y solo con
automática en los más potentes.